jueves, 26 de mayo de 2011

Olvidar

¿Olvidar? ¡Qué estupidez! ¿De qué sirve olvidar si no de tropezar de nuevo en la misma piedra una y otra vez?

Aprender, recordar los errores con cariño, los buenos ratos y también los malos, los lazos y las rupturas, las risas, los llantos, aquellas tardes, amaneceres, noches, los momentos en que te sentiste ridículo, aquella sonrisa de complicidad, aquella expresión de reproche, aquellos días que no acababan y los que terminaban antes de empezar, los malentendidos, los chistes malos, los resbalones, las caídas y las levantadas, travesías interminables, aquellos momentos fugaces, aquel cielo azul, rojo o gris iluminando instantes que un día fueron nuestro presente.

Olvidar, intentar olvidar ¿Para qué? Recordar, esforzarse en recordar. Recordar todo lo que un día fue presente, que contribuyó, sin apenas hacer ruido, a construir un instante, este.

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